La Importancia de la Carta Natal: La hoja de ruta para nuestra vida

POR Cristina Cebadera Velarde
01/11/2021

Por suerta para la humanidad, con la recién entrada en la era de Acuario, el nivel de consciencia colectivo se está elevando a dimensiones superiores. Aunque sigue habiendo una gran mayoría de personas estancadas en la queja, la victimización, la culpa y vibraciones de baja frecuencia, cada vez me encuentro, afortunadamente, con gente que está entendiendo que somos los verdaderos arquitectos de nuestra vida. Somos lo cocreadores de nuestra realidad y, es por ello que estamos empezando a comprender que sólo nosotros somos responsables 100% de nuestra vida y lo que en ella acontece. Las situaciones externas no pueden ser modificadas, pero sí nuestra actitud hacia ellas. Ahí es donde empieza a actuar la mente consciente.

El conocimiento de uno mismo, requiere de mucha honestidad, mucha valentía y mucha coherencia pues supone descubrir, admitir y aceptar partes nuestras que están soterradas en nuestro inconsciente y que, precisamente por no ser conscientes de que existen, dirigen nuestra vida y nos identificamos con ellas. De ahí surgen, los miedos, la culpa, el egoísmo, la manipulación y una lista interminable de condicionamientos que han configurado una identidad "falsa" que nos permite manejarnos en un contexto pero nos aleja de nuestra auténtica, única y genuína esencia. 

Esta falsa identidad también nos oculta todo aquello para lo que hemos venido a brillar y a destacar y que es dirigido por nuestro miedo a brillar en vez de por nuestro derecho genuíno a destacar. 

Esto es lo que propone una carta astral. Conocernos a un nivel tan profundo que entendamos el orígen de todo nuestro sufrimiento, apegos, condicionantes y miedos para aceptarlos y transformarlos,  a la vez que nos muestra esos talentos y dones únicos y excepcionales en cada uno de nosotros que nos mostrarán el camino de lo que verdaderamente hemos venido a hacer aquí. 

La astrología me cambió la vida pero, no a través de una pócima o una varita mágica, si no a través de un conocimiento profundo de mi misma donde todo se disipó y todo resurgió. Donde dejé de culpar y culparme y comencé a aceptar y aceptarme. Donde todo se transformó y me transformó.

Einstein dijo: "Conocer bien a los otros es inteligente, conocerse bien a sí mismo, es sabiduría”. 
Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea.